Curvados, algo escultóricos y más versátiles de lo que parecen: la silueta que se volvió un básico inesperado. Los barrel-leg —también conocidos como “horseshoe” o “banana”— pasaron en poco tiempo de ser una rareza de pasarela a instalarse como un nuevo clásico. Su estructura es inconfundible: volumen en la parte superior y una curva suave que se afina hacia el tobillo. Aunque al principio generaban dudas, su presencia en colecciones de firmas como Alaïa —en AW23 fue decisiva en su popularización— hizo que muchas otras marcas los adoptaran, desde las más lujosas hasta las de precio más accesible. Hoy en Mondesign, Cómo combinar los jeans barrel-leg.
Parte de su encanto está en que, a pesar de lo llamativo, se integran sorprendentemente bien a combinaciones simples. La clave está en dejar que la forma haga el trabajo: no requiere prendas estridentes alrededor, sino piezas limpias que acompañen. Un blazer estructurado, una camisa blanca impecable o incluso un top de líneas puras logran un equilibrio que realza la arquitectura del jean sin sobrecargar el conjunto.
El largo también incide mucho en cómo se percibe la silueta. Un modelo que queda a la altura del tobillo resalta la curva característica y permite jugar con el calzado —botas puntiagudas, mocasines pulidos o incluso zapatillas minimalistas. En cambio, una versión más larga, que cae sobre el zapato, genera un efecto relajado que se acerca a los estilismos más amplios de la temporada. Ambas opciones funcionan, siempre que se elija intencionalmente qué parte del look se quiere destacar.
La versatilidad del barrel-leg aparece con claridad en los looks que podés ver en las imágenes que ilustran la nota. Algunos combinan el jean con blazers de doble botonadura, logrando un aire pulido y moderno; otros lo emparejan con camisas simples para poner toda la atención en la estructura del pantalón. También aparecen enfoques más casuales, con camperas recortadas o chaquetas deportivas que suavizan su presencia, y alternativas más preppy con chaquetas acolchadas o mocasines. Incluso las versiones con cuero —como una bomber de gamuza sobre un suéter liviano— muestran que puede ser un pantalón adaptable a muchas personalidades y estaciones.
Si aún no te convencimos pero estás dispuesta a probarlo, te aconsejamos comenzar con una versión mid-rise, ni demasiado alta ni demasiado baja, que suele resultar más equilibrada. Y, sobre todo, prestar atención al calce: la caída correcta hace que esta silueta se sienta contemporánea, no disfrazada.
Lo interesante es que, más allá de ser una tendencia, el barrel-leg ofrece algo que muchos jeans no logran: un punto medio entre lo clásico y lo inesperado. Tiene esa cuota de diseño que refresca un outfit básico, pero sin convertirse en una pieza difícil. Esa es probablemente la razón por la cual tantas marcas lo incorporaron y por la cual, ya no es solo “el jean del momento”, sino un candidato real a convertirse en un nuevo esencial del guardarropa moderno.
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