Pocas prendas tienen tanto poder estilístico como la camisa blanca. Más allá de la temporada o del clima, una camisa impecable –bien planchada o con un look casual deliberado– transmite una mezcla de confianza, elegancia y versatilidad que pocas prendas logran. Es ese ítem que puede llevarte de una reunión de trabajo a un café de fin de semana, o convertirse en protagonista de un outfit más elaborado de noche. Si sincronizar tus looks a las tendencias de temporada no es lo tuyo, hoy en Mondesign, te aconsejamos para reinventar un clásico este 2026.
Clásicos con presencia y actitud
La camisa regular con bordado o logo discreto sigue siendo una de las opciones más elegantes y fáciles de usar. Funciona tanto sola como sobre una remera básica. Otra favorita es la Unisex, con un corte más cercano al cuerpo que evita que se arrugue bajo varias capas, lo que la hace ideal para usar bajo suéteres o blazers en días fríos.
Los estilos borrowed-from-the-boys (prestados del guardarropa masculino) tampoco faltan. Camisas relajadas como las de With Nothing Underneath combinan comodidad y estilo, y pueden ser tanto parte de un look de trabajo como de uno casual.
Opciones accesibles y versátiles
La nota también destaca que no hace falta gastar mucho para conseguir una buena camisa blanca. Versiones de cortes boxy o de popelina –texturas que aportan presencia y calidad a cualquier outfit– sin perder simplicidad.
Cómo usarlas en 2026
La riqueza de la camisa blanca está en su capacidad de adaptarse a contextos muy distintos. Cuando se elige bien, puede ser una de las prendas “más trabajadoras” de tu guardarropa. Para un look casual, basta con llevarla suelta y holgada sobre jeans y zapatillas (o botas); si la querés office-ready, combinada con falda midi de lana o pantalón de sastrería y mocasines, logra un equilibrio chic y profesional;
y para la noche, una camisa blanca impecable se eleva con accesorios llamativos o un contraste de texturas como raso o cuero.
¿Por qué sigue siendo un básico?
La respuesta está en su simplicidad funcional: una camisa blanca bien hecha es un lienzo para el resto del outfit. Puede ser ordenada y nítida o deliberadamente desprolija (con el cuello relajado, mangas arremangadas o botones desabrochados), y aun así funcionar. Esa dualidad –entre clásico y contemporáneo– es lo que la convierte en una pieza que nunca no está de moda.
via https://www.vogue.co.uk/; imágenes via https://www.vogue.co.uk/