Más finalistas, más Mondesign 2025… Mondesign es un proyecto impulsado por Montevideo Shopping y se lleva a cabo con la finalidad de celebrar y revalorizar el diseño de autor y disciplinas afines.
Mondesign se propone reconocer a aquellos estudiantes que han logrado destacarse y proporcionarles un impulso económico con el fin de que puedan comenzar a desarrollarse en el mercado. Estos fondos tienen el fin de generar un impacto directo en la carrera de estos estudiantes, ya sea a través de formación, recursos técnicos o infraestructura.
Mondesign, como todos los cierres de año, acapara nuestra plataforma. Seguínos de cerca y conocé a los talentos destacados de esta edición! Hoy, Finalistas Mondesign 2025 x EUCD
Finalistas Mondesign 2025 x EUCD: Juliana González y Martina Báez.
1. ¿Cuál fue el concepto o punto de partida que guió el desarrollo de su proyecto?
El proyecto surge de la idea de la transformación entendida como un proceso y no solo como un resultado. La investigación de cómo una prenda puede adquirir nuevos significados cuando se altera la mirada, la estructura o el modo de interactuar con ella. Desde esa premisa trabajamos sobre el conjunto top, campera y pantalón, poniendo el foco en la moldería como herramienta para cuestionar lo establecido, deconstruir modelos convencionales y generar nuevas formas, volúmenes y modos de uso haciendo foco en el concepto de versatilidad.
La campera fue el punto de exploración más fuerte: partimos de un modelo clásico para reformularlo desde su morfología, invitando a descubrir capas, desplazamientos y lecturas alternativas del cuerpo. Esa misma lógica continúa en el pantalón, donde los cortes, los volúmenes y las transformaciones posibles refuerzan la idea de cambio constante.
El top, en cambio, nace desde otra dimensión del concepto: la transformación aplicada a una prenda ya existente. Partimos de una camisa en desuso, resignificándola mediante upcycling. Esta decisión está vinculada con nuestra formación en la EUCD, donde se promueve una mirada sensible hacia la sustentabilidad, la reutilización y el respeto por el medio ambiente. Integrarlo al proyecto fue coherente con nuestra identidad como diseñadoras y con la búsqueda de demostrar que la innovación también puede surgir del reencuentro con lo que ya existe.
En conjunto, el proyecto propone nuevas formas de acercarse al vestir: prendas versátiles que cambian, se ocultan, se revelan, se reinterpretan y se adaptan a diferentes posibilidades de uso, invitando a cuestionar lo familiar y a descubrir lo que aparece cuando permitimos que la forma se transforme.
2. ¿Cómo dialogan la materialidad y las técnicas elegidas con la idea que buscaron comunicar?
La materialidad y las técnicas fueron decisivas para traducir la idea de transformación a un lenguaje tangible. Trabajamos con tela doble faz para explotar su potencial expresivo: según cómo se despliega, se invierte o se superpone, genera contrastes que hacen visible el cambio.
En la maxi campera, esa lógica se intensifica. La pieza funciona como una capa exterior que protege y a la vez enmascara. Su tamaño genera una presencia casi escultórica, ocultando la complejidad interna del conjunto. Al retirarla, se produce una revelación: lo que estaba cubierto aparece y lo que parecía definido se redefine. La campera tiene un cuello alto y una capucha que, visualmente juntas, evocan un pasamontañas. Este recurso aporta una lectura más dramática, vinculada al anonimato, al resguardo y a la idea de estar “encapuchado” dentro del propio diseño. Además, la capucha tiene un cierre central desmontable que, al abrirse, cae sobre los hombros y se convierte en una nueva capa dejando ver el reverso negro de la tela. Ese gesto de cerrar, cubrir, abrir y revelar refuerza el concepto de transformación e introduce variaciones de uso que reafirman la versatilidad como eje conceptual.
En el pantalón, los cortes curvos permiten alternar entre las dos caras de la tela. La zona lateral negra incorpora alforzas que generan volumen descendente y que, al finalizar, se integran al contorno. Un sistema de botones en el ruedo permite modificar la silueta: la tipología barrel puede transformarse en un pantalón de pierna amplia. La pretina desfasada, más alta en los laterales, rompe la lectura convencional y tensiona la percepción tradicional del calce.
El top halter consolida el vínculo entre técnica, significado y sustentabilidad. Surge del upcycling de una camisa en desuso, reordenando su estructura original. Duplicamos el cuello, que cae sobre la espalda descubierta, y sumamos la posibilidad de incorporar dos cuellos adicionales de lentejuelas plateadas, uno a cada lado, mediante botones, nuevamente haciendo hincapié en la versatilidad de uso. La abertura se redefine, las costuras y pinzas se desplazan. La pieza se convierte en un campo de ensayo de nuevas lecturas formales y de resignificación.
3. ¿Qué fue lo más desafiante del proceso creativo y cómo lo resolvieron como equipo?
Uno de los mayores desafíos fue lograr que cada transformación fuera coherente tanto técnica como estéticamente. Trabajamos con volumen, capas, cortes no convencionales y sistemas desmontables, lo que exigió una revisión constante de la moldería y la estructura. A esto se sumaron los tiempos acotados del concurso: comenzamos a fines de octubre y entregamos a mediados de noviembre, por lo que debimos sostener un ritmo intenso de pruebas, ajustes y decisiones rápidas.
El proceso implicó múltiples prototipos y análisis formales. El trabajo de upcycling del top, en particular, requirió una reinterpretación profunda de la prenda original. La comunicación entre nosotras fue clave: pudimos apoyarnos en la experiencia adquirida durante la carrera y combinar criterios técnicos con decisiones conceptuales para resolver cada etapa. La colaboración permitió que el proyecto se mantuviera sólido, aun dentro de la exigencia del calendario.
4. ¿Qué aspecto de su proyecto les gustaría que el jurado o el público no pasen por alto?
Nos gustaría que no pasen por alto la integración entre concepto, materialidad y construcción. Cada decisión, las alforzas del pantalón, los cortes que alternan caras de la tela, las capas, la capucha-pasamontañas desmontable, los sistemas de botones, el top derivado de una camisa reutilizada, responde a la intención de activar la idea de transformación en distintos niveles que se develan en función de quitar la campera, que es la primera capa que resguarda.
También es importante destacar la profundidad del trabajo de moldería: fue la herramienta que nos permitió construir volúmenes, capas y estructuras coherentes con el concepto que responden funcionalmente.
En esa misma línea, decidimos diseñar etiquetas específicas para cada prenda, donde detallamos la serie limitada, el modelo, la técnica y la temporada y nuestras firmas. Más allá de su función informativa, estas etiquetas expresan nuestra mirada sensible como diseñadoras: entendemos la moda como un lenguaje, una forma de expresión donde cada pieza es el resultado de un proceso significativo y único. Por eso las pensamos casi como pequeños objetos de colección, capaces de transmitir el valor del trabajo manual, la intención detrás de cada decisión y la identidad que buscamos construir a través del proyecto.
Y, finalmente, el lugar que tiene este proyecto para nosotras. Es nuestra presentación como egresadas, la síntesis de una formación que nos marcó y la oportunidad de representar a nuestra institución dentro de un espacio como Montevideo Shopping, que impulsa el diseño emergente y genera vínculos entre la formación académica y la práctica profesional. Participar en este tipo de concursos es, para nosotras, un cierre significativo y un punto de partida a la vez.
Finalistas Mondesign 2025 x EUCD: Rocío Morosin, Natalia Olivera y Manuela Torrado
¿Cuál fue el concepto o punto de partida que guió el desarrollo de su proyecto?
Partimos de nuestra identidad uruguaya, pero evitando los símbolos obvios. No queríamos caer en elementos clásicos, sino apelar a los más sutiles. Elegimos elementos cotidianos: un mantel heredado, unas lanas guardadas en la facultad, esos materiales que viven en nosotros y forman parte de nuestra memoria colectiva. Desde ahí construimos el lenguaje del proyecto.
¿Cómo dialogan la materialidad y las técnicas elegidas con la idea que buscaron comunicar?
Trabajamos exclusivamente con materiales reciclados. A través de técnicas de reconstrucción y upcycling logramos transformar lo existente sin generar residuos. La materialidad y el proceso se vuelven parte del mensaje: resignificar lo nuestro, darle nueva vida y poner en valor lo que ya tenemos.
¿Qué fue lo más desafiante del proceso creativo y cómo lo resolvieron como equipo?
Lo más desafiante fue definir el rumbo. Tuvimos un montón de ideas y posibilidades sobre la mesa, pero encontrar el camino que equilibrara diseño, tiempos y herramientas fue el verdadero reto. Lo resolvimos a través del trabajo colectivo, evaluando opciones y eligiendo juntas un enfoque claro y coherente.
¿Qué aspecto de su proyecto les gustaría que el jurado o el público no pasen por alto?
Queremos que se perciba el valor de lo nacional. Nuestro proyecto apuesta por una moda local con identidad, significado y arraigo. No miramos hacia afuera en busca de tendencias: elegimos mirarnos a nosotros mismos, a nuestra cultura y a nuestros productores. Resignificamos elementos propios y revalorizamos lo olvidado para transformarlo en prendas con identidad.