Hoy en Mondesign, conocemos a los participantes de Universidad del Desarrollo (Chile). Como segundo año consecutivo, estudiantes de Chile presentan sus diseños en una pasarela inédita.
1. María Jesús Vega presenta DIGSUMIA. “Consumir, digerir, transformar y renacer” “La expansión del ser para renacer” Es un reflejo de una epifanía colectiva, un momento en el que la humanidad se da cuenta de la importancia de regenerar lo que hemos consumido vorazmente. El musgo, esa joya discreta de la tierra, es un testigo de la vida que renace en lugares inesperados. Como un colonizador silencioso, el musgo nos enseña la magia de la paciencia y la persistencia.
2. María Javiera Ramírez presenta Arte Feminista. “El impacto visual del arte feminista es de ruptura. Transgrede el canon visual donde el orden, la simetría y lo políticamente correcto abrazan el clásico concepto de belleza que, sin duda. Este arte siempre rompe, visibilizando desde lo excéntrico”
3. Fernanda Brucher presenta Dermosinfonía. Su manifiesto habla desde la búsqueda de la identidad del hombre, en donde nace la necesidad de explorar el interior de nuestro ser de manera profunda, entendiendo nuestros orígenes y vivencias que marcan al humano. Al sumergirse en esta odisea donde se exploran las capas más profundas del ser, nacen emisores de las dimensiones que visitamos durante la vida como una expresión auténtica de nuestro interior que encuentra la voz en la ausencia de las palabras, facetas única desbordadas de poder, seguridad, energía y de honestidad pero representadas por el autor de manera intencionada que encuentra la voz en la ausencia de palabras.
5. Paradoxia por Antonia Moya, plantea la dualidad contradictoria de la marginalidad y el exceso. Representa la exuberancia mediante la morfología y a través de los patrones la marginalidad. Manifiesta al mismo tiempo la pobreza y escasez en contraposición con el lujo y abundancia, transmitiendo un mensaje social que no todos quieren ver.
9. Nadaismo por Magdalena Paratori, Fernanda Zerené y Laura Samper busca visibilizar un movimiento potente que quedó en el olvido para muchos, pero que fue un fuerte grito de rebelión contra las normas tradicionales del momento. La intención es valorar el nadaísmo, poniendo su nombre en el mapa, para demostrar que no importa el tipo de movimiento que se cree, por más venenoso que pueda llegar a ser, siempre dejará una huella o un inicio para la sociedad.