
Entre los ingredientes que se han ganado un lugar indiscutible en las rutinas de cuidado de la piel, el retinol ocupa el podio. Se lo conoce como un verdadero “todoterreno” en cosmética: ayuda a suavizar líneas finas, estimula la producción de colágeno, mejora la textura y da más luminosidad al rostro. Pero no es magia instantánea: se trata de un activo potente, que funciona a largo plazo y que requiere ser incorporado con cuidado. Hoy en Mondesign, Retinol: Un clásico del cuidado de la piel –y que pide atención extra cuando el sol se hace más presente en tu rutina.
Lo primero que conviene entender es que no todos los retinoides son iguales. El retinol que solemos encontrar en cremas o serums de venta libre es una versión relativamente suave, que la piel transforma poco a poco hasta llegar a su forma activa. Existen derivados más potentes —como el retinal o los retinoides de prescripción médica—, pero suelen reservarse para pieles con experiencia o necesidades más específicas. Por eso, si es la primera vez que te animás a probar, lo recomendable es comenzar con fórmulas de concentración baja, para que tu piel se adapte.
Otro punto clave es la textura del producto. Un serum puede resultar más directo y liviano, mientras que una crema suele incorporar agentes hidratantes que ayudan a compensar la sequedad que el retinol a veces genera. Ingredientes como niacinamida, ácido hialurónico o ceramidas son aliados perfectos: calman, hidratan y hacen que la transición sea mucho más amable.
La frecuencia de aplicación también requiere de que pongas un poquito de atención… No hace falta lanzarse de lleno: empezar aplicándolo un par de veces por semana y aumentar con el tiempo es suficiente para que el activo haga efecto sin castigar la piel. Y siempre en la rutina nocturna, con la piel bien limpia y seca, sellando después con una crema hidratante si se necesita.
Como te adelantábamos al inicio, en Primavera y Verano nos tenemos que manejar con cuidado extra –ya que te pases o no horas bajo el sol… tu exposiciòn solar es mayor. El retinol vuelve a la piel más sensible a la radiación UV, por lo que es obligatorio usar protector solar de amplio espectro cada mañana, y reaplicarlo durante el día si hay exposición prolongada. Sin ese paso, los beneficios del retinol se pueden ver opacados por manchas o irritaciones. En otras palabras, no se trata de evitar el retinol en esta época del año, sino de acompañarlo con una buena estrategia de protección.
Es normal que en las primeras semanas aparezcan leves descamaciones o sensación de resequedad: es parte de la adaptación. Lo importante es distinguir entre esa reacción pasajera y una irritación fuerte que no cede; en ese caso, conviene bajar la frecuencia o buscar fórmulas más suaves. O, si sos de tener piel sensible y fácilmente irritable –consultar con un dermatólogo… De todos modos, no hay que tenerle miedo. Mi piel es hiper sensible y uso retinal a diario!
Incorporar retinol es, en definitiva, apostar a futuro. No ofrece resultados de un día para el otro, pero con constancia se convierte en un aliado poderoso contra los signos del envejecimiento. La clave está en elegir fórmulas adecuadas, darle tiempo a la piel para acostumbrarse, y —sobre todo en estos meses de más sol— no olvidar nunca la protección solar.
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